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Cristian Sosa

El VERDADERO TRABAJOR

El VERDADERO TRABAJOR

Hoy es el Día del Trabajador.

Trabajador, aunque parezca una perogrullada, es el que trabaja.

Trabajo, de acuerdo a Real Academia Española, hace referencia al esfuerzo y al resultado de la actividad humana.

No se podría, en principio, calificar de trabajo a quien no hace un esfuerzo. Porque el trabajo no es sinónimo de ganancia, aunque es moral que quien trabaja reciba una retribución.

Pero no todos los que obtienen ganancias son trabajadores.

Entre ellos podemos ubicar a especuladores, corruptos y usureros que en muchas situaciones y lugares suelen ser recibidos como grandes señores.

¿Cómo puede ser que haya, por ejemplo, políticos que con el sueldo recibido no podrían tener el ritmo de vida y posesiones que muestran? ¿O todos esos están casados con personas que, paradójicamente, reciben herencias millonarias? Estamos viendo a diario las noticias relacionadas a un simple ex Secretario de Estado en Transporte que las coincidencias lo llevarían a ser dueño de barcos, aviones, posadas, casas, departamentos y se sabe que poco años antes era apenas un hombre común. O a noticias sobre comisiones exorbitantes en términos internacionales relacionadas a los negocios entre dos países como la Argentina y Venezuela y que favorecen a privados que nadie puede explicar su participación.

Quien esté vinculado a la actividad comercial sabe (y no se puede probar) que para hacer negocios con ciertas empresas o con ciertas entidades públicas hay que pagar comisión. Sino, no hay negocio posible.

Acepto que se puede (y se debe) pagar una comisión acorde, justa y razonable por gestión de ventas a personas que acercan, facilitan o desarrollan un negocio porque es su medio de vida. Aunque también hay pícaros que, aprovechándose de estados de necesidad, especulan con elos y no es que cobran una comisión, sino que le quitan al que verdaderamente trabaja una parte sustancial de su retribución. He encontrado profesionales que pretenden cobrar un 50% de la retribución del trabajo de otro profesional con argumentos insólitos. Nadie puede pretender cobrar la mitad del esfuerzo de otro. Esa relación es usuraria. Ni el Estado se atreve a tanto.

Y tenemos la consabida comisión que pretende cobrar quien decide la compra de lo que uno ofrece y, claro está, trabaja dentro de la empresa o Entidad. Esa plata (porque no quiero llamarla retribución), ¿podría considerarse como salario?

También suele encontrarse pliegos de licitación armados de tal manera que lo único que hay que hacer es buscar el nombre del futuro asignado, porque la letra, espíritu, plazos, precios, condiciones, características, etc. están puestas para que, casualmente, solamente puedan ser cumplidas por una sola empresa. ¡Qué casualidad!

Es justo mencionar que ejecutivos y funcionarios honestos que hacen su trabajo dignamente.

La Argentina no saldrá del lugar que está si no erradicamos estas prácticas que nos destruyen como sociedad.

¿Cómo?

  • Primero, empezando por nosotros mismos. Es decir, no pagar coimas, no aprovecharse de la necesidad del otro, no convalidar prácticas comerciales que destruyen la moral de los individuos. ¿Duele? Sí, claro que duele ... y mucho. Empieza doliendo por el bolsillo, porque va a haber que resignar negocios. Sigue doliendo en el corazón, porque la bronca a veces lo hace llorar a uno. En nuestra empresa nos pasa. Tenemos una norma que dice: "no pagamos coimas". ¿Tiene futuro esa acción? Estoy convencido que sí, porque si no hay quien pague, pues, no hay quien cobre, por lo que se transparenta todo.
  • Segundo, en la medida de lo posible, denunciando. Lo "posible" significa que pueda denunciarse, porque es muy difícil encontrar pruebas. Pero si tenemos la suerte de tenerlas, no dudar y denunciar.
  • Hablar sobre esto en todos los ámbitos, que se sepa quién es quién. No callar.
  • Tercero, no votar a quiénes están sospechados fuertemente de corrupción. Directamente no votarlos.
  • Cuarto, y eso no podemos hacer nada, rogar que podamos tener algún día una Justicia libre, independiente y con gente honesta e idónea

¿Por qué escribí todo esto?

Porque quiero enviar un fuerte abrazo y felicitar a todos los VERDADEROS TRABAJADORES. Al resto, nada.

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